domingo, 28 de junio de 2015

Marruecos: El país que me enamoró (Parte 2 de 2)

Amigos, continuando con mi relación con Marruecos, ahora les contaré mi segunda visita al país. Sucedió el año pasado (2014), en un viaje que hice para visitar a mis amigos españoles, con boda incluida. La idea original era ir a Israel o Turquía pero justo cuando empezamos a ver opciones, empezaron los bombardeos en la franja de gaza, por lo que mejor decidí que me iría una semana a marruecos, ahora en compañía de mi hermana. Esta vez teníamos más tiempo para aprovechar y por eso mismo quisimos ver lo más posible del país. Volamos un Lunes temprano de Madrid a Tánger, la ciudad más cercana a España. Desde la playa de Tánger puedes ver España, incluso puedes cruzar en ferry (no lo recomiendo, detalles mas adelante). Pero aún y cuando literal estas a unos cuantos kilómetros, la diferencia cultural, étnica, religiosa, económica y de idioma, ya es palpable.


Sólo teníamos reservada una noche de hotel en un Ibis porque la idea era buscar un tour por algunas ciudades los próximos 5 días. Grave error, se nos hizo muy fácil ir a la brava sin tener nada seguro cómo si estuviéramos aquí en el DF o en alguna otra gran ciudad. Recorrimos todo Tánger sin éxito, hacía un calor infernal y nosotros no teníamos nada seguro para los días restantes, pasamos por muchas “agencias” pero lo único que venden son pases para el ferry que cruza a España, boletos de avión o camión y poco más.  En plena frustración, mejor decidimos comer algo y pensar con la cabeza fría. Casi derrotados caminábamos ya sin esperanza alguna y pensando mejor en comprar un boleto de avión a otra ciudad, cuando de pronto llegamos a un hotel y vimos que justo estaba llegando una camioneta con turistas, preguntamos en la recepción si había tours o algo así y nos dijo que esperáramos al guía del tour, que él nos podía explicar mejor. Unos 20 minutos después llegó Abdul, el guía y dueño de esta mini empresa de turismo.



Llegó como caído del cielo, un marroquí que se cree europeo, con un casi perfecto español, nos preguntó qué es lo que buscábamos y nos armó en 20 minutos un tour por los puntos más importantes de Marruecos Tánger-Casablanca-Rabat-Marrakech-Tánger, por un precio “razonable” (150 euros por día por persona, hoteles 4 estrellas, desayuno, cena, transportación y guía exclusivo para nosotros en todos los lugares), es decir, todo incluido, excepto 1 comida al día, tomen en cuenta que era verano y que esos precios seguro hubieran sido menos si fuera otra época del año y sin la premura que llevábamos, prácticamente no teníamos mucha opción, era eso o seguir como judíos errantes. Más felices que cuando entré al aire acondicionado del hotel y me tomé una coca cola, regresamos a descansar un poco y el resto de la tarde / noche recorrimos la medina de Tánger, un poco menos atractiva que la de Marrakech pero tiene su encanto.


Tempranito al día siguiente Abdul pasó por nosotros en su auto, la verdad llegamos a pensar que no llegaría y que nos había estafado, le habíamos dado un anticipo, pero no nos robó jajaja. Tomamos carretera con destino a Casablanca. Entre Tánger y Casablanca hay un pueblo pesquero que se llama Chaouen. La curiosidad de esta ciudad, además de sus simpáticos habitantes, es que las casas son color blanco y azul, y es todo una serie de laberintos que le dan un toque muy curioso al pueblo. y también pasamos rápido a montar un camello, again...




Después de unas pocas horas y un coyotito, llegamos a Casablanca, Abdul nos había dicho que la ciudad es fea y no hay mucho que ver, pero que valía la pena visitar la ciudad por la Mezquita de Hassan II, que es la 3era más grande del mundo y la única de los países árabes donde pueden entrar personas que no sean musulmanas. Y no sé equivocaba el buen Abdul, la ciudad nada que presumir pero la Mezquita es de esas cosas que te quitan el aliento. La entrada cuesta unos 5 euros, y hay que esperar porque entran por bloques y cada bloque es dependiendo del idioma en el que desees la explicación. Abdul nos esperó afuera, el recorrido es de un par de horas pero todos y cada uno de los minutos adentro valen la pena, toda la decoración literalmente desde piso hasta techo, simplemente de otro planeta. Vale la pena esperar el tour porque te explican todo con lujo de detalle.





Después del recorrido nos fuimos directo a Rabat, ya que no valía la pena perder la tarde ahí, era mejor ir hasta Rabat de una vez. Rabat, es la capital y por tal motivo tiene muchas cosas que ver, aunque la ciudad en sí no es muy bonita que digamos. Una vez instalados en el hotel salimos a ver el Mausoleo de Hassan, es una locura, es muy bonito y es impresionante el derroche de dinero que hacen, detalles en oro, mármol, etc, tienen a dos personas de planta que leen el Corán todo el día. Después fuimos al palacio real, no te dejan entrar, incluso es una mini ciudad a la cual no hay acceso fácilmente, pero nosotros íbamos con nuestro guía Khalil, un tipo cagadísimo, de unos 60 años, padre de 5 hijos (al menos so dijo) que hablaba como 7 idiomas y cantaba canciones de los Beatles todo el tiempo. Él, por alguna razón, tenía acceso para ver el palacio real. Por la noche Abdul nos llevó al paseo marítimo, muy cotorro, como ya no hace calor en la noche, la gente sale y es como una feria, muchos puestitos de comida, juegos para niños, etc. La cena la hicimos en el que según es el mejor restaurante de Rabat, muy coqueto ya que es un barco atracado en la orilla del mar, es más para ir en pareja, es “romántico”, y además Abdul insistía en que hablara árabe y me puso a interactuar con las mesas vecinas y con los meseros, desde luego fracasé en el intento. Según Abdul, sin problemas pasaría por marroquí… me llamaba Abdul y a mi hermana le decía Fátima… vuelta al hotel y a dormir porque nos esperaban unas horas de viaje rumbo a Marrakech.




Esta vez mi regreso a esta ciudad fue diferente, estaba hospedado en un hotel afuera la medina, tendríamos guías para todas las visitas, etc. Llegamos a la hora de la comida y por por primera vez en el viaje entramos a un McDonalds, aunque está súper raro que no haya hamburguesas de carne de res jaja. Hacía demasiado calor y mejor nos fuimos un rato al hotel y por la noche a mi amada plaza Djemma Fna. No había cambiado nada, mismos puestos de comida, mismo calor, etc. Con la diferencia que ahora que íbamos con Abdul, hasta apostamos en el box. Es mucho más fácil la comunicación e incluso diría que el trato es diferente cuando vas con un local. Al día siguiente y con guía nos fuimos a la mezquita, a las tumbas saadíes y pues ahora todo cobraba más sentido con la explicación del guía, que no era tan divertido como Khalil =( pero nos fue de mucha ayuda su explicación. Lo padre de ir con un guía para ti solito es que puedes hacer cualquier pregunta que te venga en gana y te va a contestar, así resolví un sinfín de dudas que tenía sobre Marruecos, los musulmanes y todo.






Después de las visitas obligadas en Marrakech, por la noche fuimos a un show que Abul nos había platicado toda la semana, ya nos tenía hartos, pero vale la pena, por 50 euros por persona te llevan a una media hora de la ciudad a una “hacienda” marroquí, lo que era antes un palacio ahora lo convirtieron en centro de espectáculos, es enorme, unas 500 mesas calculo, muchos meseros, gente en trajes típicos, desde luego está hecho para extranjeros, la comida está incluida y es un buffet sin fin, cordero, cuscús, sopa, etc. Hay un show de caballos, nada del otro mundo pero está cotorro el ambiente.





Al día siguiente tocaba el regreso a Tánger, pero no sin antes pasar por algunas compritas. No se porque pero es como una costumbre que tu guía te lleve a las tiendas de sus amigos. Por lo que ahí te vamos a la tienda de tapetes, yo para que quiero un tapete? Son una belleza, y es un gran trabajo artesanal, pero la verdad no son muy de mi agrado. Te tienes que chutar la explicación de 30 tapetes, te dan té, en fin, te tiene ahí y casi casi no sales hasta que no compras algo jajaja, obvio no queríamos comprar, cuando nos vimos atrapados decidimos comprar alguno pero costaba 300 euros, no traes efectivo? No te preocupes, aceptan todas las tarjetas, no tienes espacio o no quieres pagar sobre peso? No te preocupes te lo mandan por DHL, pfffffffff, pues total que al final cuando ya nos tenían hartos, rompí por accidente el vaso del té… señal divina según ellos entonces “tuvimos” que comprarles un tapetito, no sin antes regatearles más de la mitad del precio. Después ahí te vamos a la tienda de medicinas, cremas, remedios caseros. No sé cómo pero en algún momento una de las que atendía me quito mi playera para darme un masaje jajaja, turistas entraban y salían de la tienda y yo sin playera… ahí compre unos granos color negro que al momento que los pones en un pañuelo y los remueves un poco, dan un olor a eucalipto y lo ocupan para enfermedades respiratorias, te destapa la nariz bien padre.




Tocaba un viaje largo, así que a dormir y al otro día vuelta a Madrid, sin embargo no teníamos contemplado el martirio que iba a ser. Para no hacer la historia más larga, el regreso no sería en avión, resulta que una de mis amigas españolas vive en Málaga y tenía muchas ganas de verla, por lo que si regresábamos en Ferry a Algeciras, ella se podía acercar y podríamos comer o tomar algo, después tomaríamos el AVE (tren de España) que en tan solo 5 horas nos dejaría en Madrid para dormir y al otro día tomar el vuelo de regreso a México. Pues oh sorpresa, cuando llegamos a la estación de ferry, un caos total, mucha gente, filas inmensas y todo porque Abdul no nos dijo que ese era el último fin de semana de verano y que la gente se regresa a España y viceversa. Nos había dicho que no había problema con los tickets. Total que decidimos formarnos en una de las taquillas y como dos horas de estar bajo el sol, ver como se golpearon varias veces en la fila, ver como los empleados les gritaban a las personas, etc. Logramos entrar a la oficinita, no sin antes darme cuenta que ya no traía dírhams, ni euros… sólo dólares y justo antes de entrar un letrero gigante que decía “ No credit cards” pffffffff. Me empecé a preocupar y a pensar que nunca llegaríamos a Algeciras. Ya tenía los boletos del tren previamente comprados, pero jamás lo lograríamos. A pesar de que hay 3 o 4 diferentes compañías de Ferry, era tal el caos y la cantidad de gente, que te formaban en una sola fila y todos subían al mismo barco. Cabe señalar que los marroquís no son famosos por oler precisamente muy bien y con ese calor, pues bueno, nada divertido. Total que tomamos el ferry y llegamos a Algeciras pero la hora del tren ya se había pasado y que creen? Ya no había trenes hasta el otro día y estábamos a 700km de Madrid y mi vuelo a México salía al día siguiente a las 10 de la mañana.

Por un lado me sentía más tranquilo de ya estar en España y haber salido de Marruecos, pero por otro lado me preocupaba no llegar al avión jajaja. Cambié mis dólares por euros en una casa de cambio y me atendió un andaluz muy amable que noto mi estrés y me dijo: Pero que te ha pasao tío?. En ese momento sólo teníamos dos opciones: rentar un carro y manejar hasta Madrid (unas 7 hrs), que con dos semanas de viaje a espaldas sonaba poco agradable pero era una opción, y la otra era ver si había autobuses que llegaran hasta allá. Fuimos a la central de autobuses y por obra del espíritu santo encontrarnos asientos para un bus nocturno que nos  dejaría a las 6am en Madrid y de ahí en metro al aeropuerto, una pena porque había quedado de ver a mi amigo colombiano para cenar y quedarme en su departamento pero pues ya no se pudo (perdone parcero). Lo bueno fue que logramos llegar, destruidos desde luego pero llegamos al aeropuerto en tiempo y era hora de temirnar con estas dos semanas intensas de viaje. Después les contaré que la semana previa a Marruecos estuve en Portugal, porque merece la pena, pero esa es otra historia…

No sé si es una fijación mía pero las mujeres marroquís son MUY guapas. Sus grandes ojos y extrañas facciones tienen algo, que al menos a mí, me encanta. Obvio no todas, hay de todo como en cualquier parte del mundo, pero tiene su encanto. El ver unos ojos color miel o incluso verdes asomarse por la burka, da curiosidad. Además nosotros tenemos la idea del prototipo árabe pero la realidad es que hay de todo tipo, güeros, blancos, morenos y más morenos.

También cabe mencionar que como en todas las religiones, hay niveles y están los más “extremistas” hasta los más “light”, no todas las mujeres usan burka completa, hay chicas que usan sólo un pañuelo en la cabeza y visten a la última moda. Los musulmanes si toman, con Abdul me bebí varias cervezas en un bar donde yo era el único foráneo, cosa que anteriormente no se permitía, es más, hasta vi gays en la calle, obvio no es bien visto, pero los hay. Cabe mencionar que Marruecos es de los países más occidentalizados del mundo árabe y por eso no es tan extremista la cosa como en Arabia.

Sólo como nota cultural, no hay perros… según nuestro guía Abdul, el Rey casual los prohibió… en las calles puedes encontrar gatitos, pero de ahí en fuera, ni un solo perro amigos.

Mención aparte tiene la comida marroquí, que al ser en su mayoría musulmanes, casi no hay carne de res =( pero no se preocupen porque de hambre no morirán. Desde sopas de caracoles hasta cordero, hay una gama de platillos de los cuales mencionaré los que más me gustaron:

Sopa de sobras: Así la denominé, aunque espero fielmente que no sea de sobras jajaja. Es una sopa de lenteja mezclada con fideos o alguna otra sopa de pasta. Lo que le da la peculiaridad a esta sopa son los dátiles que le ponen al guisarla, le da un toque medio dulce y es lo más barato que podrás encontrar en la calle (4 dirhams = 40 centavos de euro) y por la mezcla pesada, quedas lleno con un solo tazón y está muy cotorro compartir la banca con otros marroquís, en su mayoría gente pobre ya que como ya mencioné es lo más barato que pude ver.

Sopa de caracol: No mentiré, no le entré a esta sopa, igual por un módico precio de 4 dirhams usted se lleva un tazón lleno de un caldo y caracolitos panteoneros cocidos. Safo!!

Cuscús: Es una especie de cereal como el arroz, sólo que redondo y más pequeño. Básicamente no tiene sabor y más bien sirve como base para poner encima otras cosas, como verduras o pollo. Con algo encima sabe bueno, la combinación hace que la comida sea más neutral. En el show de Marrakech, te daban el consomé del cordero y se lo ponías encima al cuscús, muy bueno.

Tajine: Tajine es cualquier guisado que se prepare dentro de una vasija de cerámica en forma de cono, que lleva el mismo nombre. Puede llevar pescado, verduras, pimientos, o prácticamente cualquier cosa que se les ocurra.




Kebabs: pues si amigos, la tierra del kebab, la verdad no me tocó ver muchos locales pero si hay. Creo que hay más Don Erakis aquí jaja. Los pocos que llegué a probar desde luego muy buenos y la verdad muy parecidos a los que puedes encontrar por acá.

Shawarma: Misma modalidad del kebab sólo que es como un burrito en vez de una torta.

Té de menta: La bebida nacional por excelencia, una delicia, además te quita el calor.

Pescado: Dado que casi todo el territorio es costa, hay mucho pescado, especialmente en las ciudades costeras. Lo hacen de diversas formas con verduras, algunos condimentos o simplemente asado.

Cordero: Venden costillas o por ejemplo en el show que fuimos en Marrakech lo hacen al horno, o sea básicamente como barbacoa!!

Si alguien necesita el contacto de Abdul, avísenme tengo su whats, de hecho me escribe bastante seguido pa cotorrear.


Sin duda alguna volveré a Marruecos J


sábado, 20 de junio de 2015

Marruecos: El país que me cautivó (Parte 1 de 2)

Amigos una disculpa adelantada porque serán un par de posts largos, aún y cuando no me gusta hacerlo así, no sé ni por donde empezar a escribir así que si se aburren, pueden ver namás las fotos jaja.

Creo que ya muchos saben de mis aventuras en este país, pero pocas veces he compartido el por qué me enamoré de este sui generis lugar del mundo. Todo empezó con un simple “Y si vamos a Marruecos?” de mi ex, la verdad Marruecos no había estado en mi radar viajero, pero sí tenía claro que durante mi estancia en España, tenía que cruzarme al continente africano. Marruecos cobró fuerza en los planes dada la cercanía y facilidad de volar desde Madrid y que además es relativamente barato.

Fue en el mes de Mayo del año 2011 cuando abordé un avión Madrid – Marrakesh. Esa primera experiencia por falta de tiempo (y dinero) sólo sería tres días en esta ciudad marroquí, pero con eso me bastó, fue amor a primera vista…

Después de un par de horas de vuelo temprano y por la diferencia horaria, estábamos ya instalados en nuestro Riad sobre el medio día. Cabe resaltar que la onda en Marrakech es quedarse en un “Riad”, que son antiguas casas que ahora están adaptadas para recibir turistas. Tienes muchas ventajas hospedándote en riads, la primera es que estás dentro de la Medina (Parte interna de la muralla), es decir, en lo mero bueno. Fuera de la muralla puedes encontrar algunos monumentos, museos, etc. pero básicamente es el Marruecos nuevo, el de los Mcdonald´s, las tiendas de marca, los hoteles de lujo, a mi gusto el Marruecos no tan real. Un riad normalmente es manejado por mujeres de una familia local, si acaso el hombre de la casa está en la recepción o alguna tarea fácil, la mujer desafortunadamente en el mundo musulmán no tiene una buena posición dentro de la sociedad cómo en el mundo occidental. (Ya ven, cuídenos carajo!!)



Previamente ya había hecho una investigación sobre que visitar en la ciudad, así que sin guía y con mapa en mano nos dimos la primera escapada por el centro de Marrakech. Unos 38°C envolvían el ambiente, cuestión que se soluciona de dos maneras: con un jugo de naranja de la plaza (4 dirhams x vaso), o sentarte tranquilamente en un café a tomar una coca o un té de menta. 10 dirhams (moneda marroquí) equivalen más o menos a un euro para que se den idea del tipo de cambio y precios que mencionaré. Ese día fue mi primer contacto con la plaza Djeema Fna, la plaza central de Marrakech, era de día, por lo que lo único que pude ver fueron los puestos de jugos de naranja, uno que otro “encantador” de serpientes y poca gente caminando por la calle dado el calor. No tenía idea del cambio que pueda dar un lugar en tan poco tiempo, la noche es una locura en la plaza… entraré a detalles más adelante.


Ya era la hora de comer así que decidimos sentarnos en un cafecito de los que dan a la plaza. Estos cafecitos/restaurantes son considerados turísticos, por lo que son “caros”, pero puedes encontrar algunas cosas locales y también pizzas para los que no se quieran aventar a probar algo local. Pero al final una comida o cena no es cara, saldrá en unos 20-25 euros para dos. Antes de regresar al hotel nos dimos una rápida vuelta por la mezquita y su famoso minarete (torre), dio la casualidad que justo en ese momento empezó a sonar en toda la ciudad el llamado a rezar. A lo largo de toda la medina hay bocinas instaladas y suena una persona orando el Corán y eso quiere decir que ya es hora de rezar para ellos, sino mal recuerdo son 5 veces al día. Había gente entrando a la mezquita vestida de blanco (hombres) y mujeres de negro. Hombres tienen su entrada especial y mujeres por otro lado, desde luego no hay acceso para no musulmanes, pero el sólo hecho de estar ahí viendo a las mujeres con burka, hombres de blanco con un sombrerito peculiar, te da un poco de idea de lo que es esta religión, la primera vez que lo vives, como que no logras entender que sucede, se siente una vibra rara, no fea, simplemente diferente. Eso si, te sientes como bicho raro, ya que tu eres el extraño ahí, desde luego hay más turistas pero son los menos. Estaba obscureciendo por lo que decidimos ir al hotel a tomar una siesta antes de regresar a la plaza por la noche.



De regreso a la plaza en la noche, la locura total. Mi abuela diría que eso era un congal jajaja y se queda corto. Mucho ruido, motos pasando, muchos locales de comida (buenísimos), hay gente bailando, hay hombres con changos para que te tomes foto, víboras, hay peleas de box callejeras (con todo y apuestas), carteristas (poco disimulados), cero policía, algunos juegos como en una feria de aquí de México, y mucha, pero mucha gente. Nos sentamos a cenar en uno de los puestecillos de la plaza, prácticamente todos venden lo mismo. Sólo hay 3 tipos de puestos: los de la sopa de caracol (como la canción), si de esos caracoles panteoneros, los de la sopa de una mezcla rara de lentejas (de lo mejor que he comido en mi vida, neta) y todos los demás venden unas brochetas de carne, pollo, etc, muy coloridos, prácticamente todos venden lo mismo, y al mismo precio. Mi elección dentro de entre los muchos puestos fue simplemente porque un chavo de un puesto me gritó: Tu México, Jorge Campos!!, se ganó mi corazón jajajaja. Después de entrarle con singular alegría a las banderillas, decidimos dar la vuelta por la plaza, hay carritos que venden galletas, dátiles, etc. Desde luego niños pidiendo dinero, uno que otro borrachin (es un mito eso de que los musulmanes no toman, yo hasta unas chelas me eché con uno, detalles en la parte 2 jaja). Después de un rato de caos total, a dormir.






Cuál fue mi sorpresa que a las 5am mientras yo estaba plácidamente con Morfeo, comenzaron a sonar las oraciones en las bocinas de la calle, no jodan. Yo no sabía que a esa hora sonaba, era como la alarma sísmica pero en árabe. Por la mañana desayunamos en el riad, que es otra de las ventajas, ya que si bien no es el gran desayuno, te ayuda para cargar energía para unas cuantas horas. El desayuno se compone de un huevo duro, té de menta (una delicia), pan, una especie de crepa dulce, mantequilla y mermelada para untar, a veces te ponen dátiles y/o queso. Los desayunos los sirven en las azoteas de los riads lo cual te da una vista normalmente espectacular de la ciudad, un goce esos desayunos.

El día ya estaba “planeado”, tocaba ir palacio Bali, a las tumbas saadíes y al jardín de Majouralle, ah y al camello. Toda la arquitectura musulmana se me hace muy interesante, los detalles, las pinturas, etc. Todos estos lugares antiguos están llenos de este tipo de cosas. Después de recorrer los dos primeros lugares que están dentro de la medina, había que salir, ya sea caminando, en carroza o en taxi para ir al jardín de majoruelle. De ida decidimos ir en taxi y negociamos con ese mismo chofer que nos llevara a donde hubiera camellos. Cabe resaltar que en Marruecos sólo hablan árabe y francés, muy poca gente habla español o inglés. Es un poco frustrante luego darte a entender o viceversa. Después del regateo necesario accedimos a que nos llevara por la tarifa pactada, salimos de los jardines y nos llevó con uno de sus amigos en las afueras de la ciudad al camello, desde luego siempre te ven la cara de dólar o euro, siempre hay que regatear, siempre. De un precio de 60 euros por subirnos una hora, logré bajarlo a más de la mitad, pero si hay que ponerse loco porque son bien pasaditos esos muchachos. Y bien, está cool subirse al camello? NO, o sea está padre para la selfie, pero es más incómodo que andar a caballo. La próxima vez que vaya no sé cómo aguantaré el tour al desierto, son varias horas a camello… Ok ok, si es algo que tienes que hacer en la vida, pero no es como lo pintan.




De regreso al hotel y visita a la plaza por la noche, pero esta vez a uno de los cafés que tienen terraza con vista a la plaza. Estos muchachos si se manchan un poco, te venden un té o refresco por 30 dirhams, es como tu cover, ya si quieres comer o algo más pues es aparte, pero la verdad nadie come, más bien todos están viendo el atardecer y el pequeño caos de la plaza pero ahora desde arriba. Al otro día un par de visitas rápidas porque tocaba regresar a Madrid, después de un fugaz pero muy enriquecedor viaje. Creo que a partir de aquí fue como surgió mi gusto por viajar y conocer culturas diferentes a la nuestra.

Nunca me sentí inseguro, aún y cuando en todo el viaje vi muy pocos policías…
Te cansa un poco el hecho de que todo mundo te quiera sacar dinero, entiendo que vivan del turismo pero llega a ser desgastante. El acoso de los vendedores fue lo único que no me gustó del viaje. Hasta disfrutas el infernal calor jaja.

Continúa leyendo la parte 2...


miércoles, 17 de junio de 2015

De cuando ya tienes 30

Así es mis queridos y viejos amigos, #Yatengo30 (tenemos) y no lo podemos ocultar. Ya sea por las canas que ya tienen algunos o como yo que no tengo canas pero porque no tengo cabello jajaja. Nuestras pronunciadas barrigas cerveceras o simplemente porque ya no podemos rockear como antes.

Recuerdo perfectamente cuando era niño que veía al hermano menor de mi papá y en aquel entonces tendría unos 27 años y yo decía: “no pues ya es un señor” y pues ahora el señor soy yo.

Muchos dirán (incluido yo) que a los 30 algo pasa, es como si nos cambiaran el chip física y psicológicamente algo sucede y la verdad no estoy muy seguro de saber la razón. Para los hombres, al menos en mi caso, lo más notorio es que ya no puedo enfiestar tanto como antes, y miren que lo intento, mi mente dice fiesta y mi cuerpo dice duerme. Pero lo peor sucede al día siguiente, las crudas que antes eran tolerables ahora se vuelven un calvario jajaja. Yo no logro recuperarme de una fiesta ruda de viernes y/o sábado sino hasta por ahí del miércoles de la siguiente semana y eso tomando en cuenta que duerma mis horas.

Las mujeres además de volverse más payasitas (si, mas…) entran en lo que llaman la crisis de los 30´s muy cabrón. En el caso de las que ya se casaron o están comprometidas, el efecto es mucho menor, pero si volteamos a ver a las solteras (y peor aún, sin novio), la cosa se pone peor. Su mundo se viene abajo como si el no estar casada fuera el único objetivo de su vida, lamentable. Y lo peor del caso es que caen en desesperación y acaban con el primero que les pase por enfrente jaja, no mencionaré casos específicos por su bien.

Empezamos a ser catalogados como “Chavorucos”, si amiguitos, así es…
Un ejemplo muy claro fue hace unas semanas que fui a Acapulco y se nos ocurrió la brillante idea de revivir esos momentos de los años 2000´s y enfiestar en Palladium. Tuve un flashback muy cañón, todo está igualito, el azteca, la barra libre, el único detalle es que ya no tengo 20 y me di cuenta desde la fila para entrar, éramos los más grandes, me sentí un completo ruco jajaja.

Y después de un exhaustivo estudio de la universidad del mame, les traemos algunos puntos/señales de que ya tienes 30:

  • Tu Facebook de pronto se llenó de fotos de bodas y bebés
  • En los conciertos ni de chiste te metes al slam y si se te ocurrió hacerlo, duraste 1 canción y saliste lastimado.
  • De pronto tus compromisos en lugar de ser fiestas y mas fiestas, son bodas, bautizos, baby showers, cenitas.
  • En tu fiesta de cumpleaños ya no pones puro rock, electrónica o lo que escuchabas en la prepa, ahora ya le entras a las salsas, cumbias y banda.
  • Un niño de 10 años maneja mejor un ipad que tu.
  • Cuando sales de viaje ya no vas de mochilero ni a hostales, ni de campamento.
  • Debates con los chavitos que Friends es mejor que How I met your mother.
  • Tomas Riopan/QG5/omeprazol antes de ir de fiesta o al día siguiente porque todo te da gastritis/colitis y todo lo que termine en itis.
  • Eres menos tolerante, por no decir mamón.
  • Todo te empieza a doler, rodillas, espalda, tobillos, etc.
  • Empiezas a cuidar tu alimentación.
  • Cualquier recorrido que implique más de una hora en tu auto, te da flojera.
  • Te das cuenta que los integrantes de tus grupos favoritos ya tienen como 50 años
  • Ya no le entras a la música “nueva”
  • Ya escuchas Universal estéreo y crees que algún día resurgirá radioactivo
  • En la calle ya te llaman Señor(a)
  • Te avientas comentarios de: Los 30´s están bien padres
  • Vas a lugares como Asha porque ahí si ponen “buena” música, que en realidad es de los 90´s para atrás.
  • Empiezas a perder las cosas, llaves, papeles, dinero, etc.
  • Netflix es tu mejor aliado el fin de semana.
  • Ya no te parece tan mala la idea de ponerte lentes.
  • Todas las mujeres que empiezan una relación, creen que “ahora si es el bueno”
  • De pronto te quisiste volver “runner”.
  • Ya no manejas como cafre.
  • Te empiezas a preocupar por tu futuro, especialmente por tus finanzas.
  • Hablas de bares / antros que ya no existen.
  • Bebes vino en las reuniones y hasta sommelier te crees.
  • Dejaste de fumar o al menos lo has intentando.
  • Ni de chiste sacas tus playeras de los Ramones, Kiss, The Clash, etc.
  • Las mujeres cada vez se tienen que poner más maquillaje y gastan miles en salones de belleza, spas, etc.
  • Sigues jugando Xbox o playstation pero ya no le entras a los juegos que requieren demasiados botones, con el Fifa te es más que suficiente.
  • Tu próximo auto ya no será un deportivo y en el caso de las mujeres será una camioneta.
  • Usas Uber



Pero no se pongan tristes amigos, no todo está perdido. Seguramente en esta década te casarás, conocerás al amor de tu vida, viajarás, te consolidarás laboralmente, etc.

Así que ánimo, los dejo porque ya se me cansaron los ojos de ver la pantalla y ya es tarde, tengo que dormir mis horas jajaja