domingo, 28 de junio de 2015

Marruecos: El país que me enamoró (Parte 2 de 2)

Amigos, continuando con mi relación con Marruecos, ahora les contaré mi segunda visita al país. Sucedió el año pasado (2014), en un viaje que hice para visitar a mis amigos españoles, con boda incluida. La idea original era ir a Israel o Turquía pero justo cuando empezamos a ver opciones, empezaron los bombardeos en la franja de gaza, por lo que mejor decidí que me iría una semana a marruecos, ahora en compañía de mi hermana. Esta vez teníamos más tiempo para aprovechar y por eso mismo quisimos ver lo más posible del país. Volamos un Lunes temprano de Madrid a Tánger, la ciudad más cercana a España. Desde la playa de Tánger puedes ver España, incluso puedes cruzar en ferry (no lo recomiendo, detalles mas adelante). Pero aún y cuando literal estas a unos cuantos kilómetros, la diferencia cultural, étnica, religiosa, económica y de idioma, ya es palpable.


Sólo teníamos reservada una noche de hotel en un Ibis porque la idea era buscar un tour por algunas ciudades los próximos 5 días. Grave error, se nos hizo muy fácil ir a la brava sin tener nada seguro cómo si estuviéramos aquí en el DF o en alguna otra gran ciudad. Recorrimos todo Tánger sin éxito, hacía un calor infernal y nosotros no teníamos nada seguro para los días restantes, pasamos por muchas “agencias” pero lo único que venden son pases para el ferry que cruza a España, boletos de avión o camión y poco más.  En plena frustración, mejor decidimos comer algo y pensar con la cabeza fría. Casi derrotados caminábamos ya sin esperanza alguna y pensando mejor en comprar un boleto de avión a otra ciudad, cuando de pronto llegamos a un hotel y vimos que justo estaba llegando una camioneta con turistas, preguntamos en la recepción si había tours o algo así y nos dijo que esperáramos al guía del tour, que él nos podía explicar mejor. Unos 20 minutos después llegó Abdul, el guía y dueño de esta mini empresa de turismo.



Llegó como caído del cielo, un marroquí que se cree europeo, con un casi perfecto español, nos preguntó qué es lo que buscábamos y nos armó en 20 minutos un tour por los puntos más importantes de Marruecos Tánger-Casablanca-Rabat-Marrakech-Tánger, por un precio “razonable” (150 euros por día por persona, hoteles 4 estrellas, desayuno, cena, transportación y guía exclusivo para nosotros en todos los lugares), es decir, todo incluido, excepto 1 comida al día, tomen en cuenta que era verano y que esos precios seguro hubieran sido menos si fuera otra época del año y sin la premura que llevábamos, prácticamente no teníamos mucha opción, era eso o seguir como judíos errantes. Más felices que cuando entré al aire acondicionado del hotel y me tomé una coca cola, regresamos a descansar un poco y el resto de la tarde / noche recorrimos la medina de Tánger, un poco menos atractiva que la de Marrakech pero tiene su encanto.


Tempranito al día siguiente Abdul pasó por nosotros en su auto, la verdad llegamos a pensar que no llegaría y que nos había estafado, le habíamos dado un anticipo, pero no nos robó jajaja. Tomamos carretera con destino a Casablanca. Entre Tánger y Casablanca hay un pueblo pesquero que se llama Chaouen. La curiosidad de esta ciudad, además de sus simpáticos habitantes, es que las casas son color blanco y azul, y es todo una serie de laberintos que le dan un toque muy curioso al pueblo. y también pasamos rápido a montar un camello, again...




Después de unas pocas horas y un coyotito, llegamos a Casablanca, Abdul nos había dicho que la ciudad es fea y no hay mucho que ver, pero que valía la pena visitar la ciudad por la Mezquita de Hassan II, que es la 3era más grande del mundo y la única de los países árabes donde pueden entrar personas que no sean musulmanas. Y no sé equivocaba el buen Abdul, la ciudad nada que presumir pero la Mezquita es de esas cosas que te quitan el aliento. La entrada cuesta unos 5 euros, y hay que esperar porque entran por bloques y cada bloque es dependiendo del idioma en el que desees la explicación. Abdul nos esperó afuera, el recorrido es de un par de horas pero todos y cada uno de los minutos adentro valen la pena, toda la decoración literalmente desde piso hasta techo, simplemente de otro planeta. Vale la pena esperar el tour porque te explican todo con lujo de detalle.





Después del recorrido nos fuimos directo a Rabat, ya que no valía la pena perder la tarde ahí, era mejor ir hasta Rabat de una vez. Rabat, es la capital y por tal motivo tiene muchas cosas que ver, aunque la ciudad en sí no es muy bonita que digamos. Una vez instalados en el hotel salimos a ver el Mausoleo de Hassan, es una locura, es muy bonito y es impresionante el derroche de dinero que hacen, detalles en oro, mármol, etc, tienen a dos personas de planta que leen el Corán todo el día. Después fuimos al palacio real, no te dejan entrar, incluso es una mini ciudad a la cual no hay acceso fácilmente, pero nosotros íbamos con nuestro guía Khalil, un tipo cagadísimo, de unos 60 años, padre de 5 hijos (al menos so dijo) que hablaba como 7 idiomas y cantaba canciones de los Beatles todo el tiempo. Él, por alguna razón, tenía acceso para ver el palacio real. Por la noche Abdul nos llevó al paseo marítimo, muy cotorro, como ya no hace calor en la noche, la gente sale y es como una feria, muchos puestitos de comida, juegos para niños, etc. La cena la hicimos en el que según es el mejor restaurante de Rabat, muy coqueto ya que es un barco atracado en la orilla del mar, es más para ir en pareja, es “romántico”, y además Abdul insistía en que hablara árabe y me puso a interactuar con las mesas vecinas y con los meseros, desde luego fracasé en el intento. Según Abdul, sin problemas pasaría por marroquí… me llamaba Abdul y a mi hermana le decía Fátima… vuelta al hotel y a dormir porque nos esperaban unas horas de viaje rumbo a Marrakech.




Esta vez mi regreso a esta ciudad fue diferente, estaba hospedado en un hotel afuera la medina, tendríamos guías para todas las visitas, etc. Llegamos a la hora de la comida y por por primera vez en el viaje entramos a un McDonalds, aunque está súper raro que no haya hamburguesas de carne de res jaja. Hacía demasiado calor y mejor nos fuimos un rato al hotel y por la noche a mi amada plaza Djemma Fna. No había cambiado nada, mismos puestos de comida, mismo calor, etc. Con la diferencia que ahora que íbamos con Abdul, hasta apostamos en el box. Es mucho más fácil la comunicación e incluso diría que el trato es diferente cuando vas con un local. Al día siguiente y con guía nos fuimos a la mezquita, a las tumbas saadíes y pues ahora todo cobraba más sentido con la explicación del guía, que no era tan divertido como Khalil =( pero nos fue de mucha ayuda su explicación. Lo padre de ir con un guía para ti solito es que puedes hacer cualquier pregunta que te venga en gana y te va a contestar, así resolví un sinfín de dudas que tenía sobre Marruecos, los musulmanes y todo.






Después de las visitas obligadas en Marrakech, por la noche fuimos a un show que Abul nos había platicado toda la semana, ya nos tenía hartos, pero vale la pena, por 50 euros por persona te llevan a una media hora de la ciudad a una “hacienda” marroquí, lo que era antes un palacio ahora lo convirtieron en centro de espectáculos, es enorme, unas 500 mesas calculo, muchos meseros, gente en trajes típicos, desde luego está hecho para extranjeros, la comida está incluida y es un buffet sin fin, cordero, cuscús, sopa, etc. Hay un show de caballos, nada del otro mundo pero está cotorro el ambiente.





Al día siguiente tocaba el regreso a Tánger, pero no sin antes pasar por algunas compritas. No se porque pero es como una costumbre que tu guía te lleve a las tiendas de sus amigos. Por lo que ahí te vamos a la tienda de tapetes, yo para que quiero un tapete? Son una belleza, y es un gran trabajo artesanal, pero la verdad no son muy de mi agrado. Te tienes que chutar la explicación de 30 tapetes, te dan té, en fin, te tiene ahí y casi casi no sales hasta que no compras algo jajaja, obvio no queríamos comprar, cuando nos vimos atrapados decidimos comprar alguno pero costaba 300 euros, no traes efectivo? No te preocupes, aceptan todas las tarjetas, no tienes espacio o no quieres pagar sobre peso? No te preocupes te lo mandan por DHL, pfffffffff, pues total que al final cuando ya nos tenían hartos, rompí por accidente el vaso del té… señal divina según ellos entonces “tuvimos” que comprarles un tapetito, no sin antes regatearles más de la mitad del precio. Después ahí te vamos a la tienda de medicinas, cremas, remedios caseros. No sé cómo pero en algún momento una de las que atendía me quito mi playera para darme un masaje jajaja, turistas entraban y salían de la tienda y yo sin playera… ahí compre unos granos color negro que al momento que los pones en un pañuelo y los remueves un poco, dan un olor a eucalipto y lo ocupan para enfermedades respiratorias, te destapa la nariz bien padre.




Tocaba un viaje largo, así que a dormir y al otro día vuelta a Madrid, sin embargo no teníamos contemplado el martirio que iba a ser. Para no hacer la historia más larga, el regreso no sería en avión, resulta que una de mis amigas españolas vive en Málaga y tenía muchas ganas de verla, por lo que si regresábamos en Ferry a Algeciras, ella se podía acercar y podríamos comer o tomar algo, después tomaríamos el AVE (tren de España) que en tan solo 5 horas nos dejaría en Madrid para dormir y al otro día tomar el vuelo de regreso a México. Pues oh sorpresa, cuando llegamos a la estación de ferry, un caos total, mucha gente, filas inmensas y todo porque Abdul no nos dijo que ese era el último fin de semana de verano y que la gente se regresa a España y viceversa. Nos había dicho que no había problema con los tickets. Total que decidimos formarnos en una de las taquillas y como dos horas de estar bajo el sol, ver como se golpearon varias veces en la fila, ver como los empleados les gritaban a las personas, etc. Logramos entrar a la oficinita, no sin antes darme cuenta que ya no traía dírhams, ni euros… sólo dólares y justo antes de entrar un letrero gigante que decía “ No credit cards” pffffffff. Me empecé a preocupar y a pensar que nunca llegaríamos a Algeciras. Ya tenía los boletos del tren previamente comprados, pero jamás lo lograríamos. A pesar de que hay 3 o 4 diferentes compañías de Ferry, era tal el caos y la cantidad de gente, que te formaban en una sola fila y todos subían al mismo barco. Cabe señalar que los marroquís no son famosos por oler precisamente muy bien y con ese calor, pues bueno, nada divertido. Total que tomamos el ferry y llegamos a Algeciras pero la hora del tren ya se había pasado y que creen? Ya no había trenes hasta el otro día y estábamos a 700km de Madrid y mi vuelo a México salía al día siguiente a las 10 de la mañana.

Por un lado me sentía más tranquilo de ya estar en España y haber salido de Marruecos, pero por otro lado me preocupaba no llegar al avión jajaja. Cambié mis dólares por euros en una casa de cambio y me atendió un andaluz muy amable que noto mi estrés y me dijo: Pero que te ha pasao tío?. En ese momento sólo teníamos dos opciones: rentar un carro y manejar hasta Madrid (unas 7 hrs), que con dos semanas de viaje a espaldas sonaba poco agradable pero era una opción, y la otra era ver si había autobuses que llegaran hasta allá. Fuimos a la central de autobuses y por obra del espíritu santo encontrarnos asientos para un bus nocturno que nos  dejaría a las 6am en Madrid y de ahí en metro al aeropuerto, una pena porque había quedado de ver a mi amigo colombiano para cenar y quedarme en su departamento pero pues ya no se pudo (perdone parcero). Lo bueno fue que logramos llegar, destruidos desde luego pero llegamos al aeropuerto en tiempo y era hora de temirnar con estas dos semanas intensas de viaje. Después les contaré que la semana previa a Marruecos estuve en Portugal, porque merece la pena, pero esa es otra historia…

No sé si es una fijación mía pero las mujeres marroquís son MUY guapas. Sus grandes ojos y extrañas facciones tienen algo, que al menos a mí, me encanta. Obvio no todas, hay de todo como en cualquier parte del mundo, pero tiene su encanto. El ver unos ojos color miel o incluso verdes asomarse por la burka, da curiosidad. Además nosotros tenemos la idea del prototipo árabe pero la realidad es que hay de todo tipo, güeros, blancos, morenos y más morenos.

También cabe mencionar que como en todas las religiones, hay niveles y están los más “extremistas” hasta los más “light”, no todas las mujeres usan burka completa, hay chicas que usan sólo un pañuelo en la cabeza y visten a la última moda. Los musulmanes si toman, con Abdul me bebí varias cervezas en un bar donde yo era el único foráneo, cosa que anteriormente no se permitía, es más, hasta vi gays en la calle, obvio no es bien visto, pero los hay. Cabe mencionar que Marruecos es de los países más occidentalizados del mundo árabe y por eso no es tan extremista la cosa como en Arabia.

Sólo como nota cultural, no hay perros… según nuestro guía Abdul, el Rey casual los prohibió… en las calles puedes encontrar gatitos, pero de ahí en fuera, ni un solo perro amigos.

Mención aparte tiene la comida marroquí, que al ser en su mayoría musulmanes, casi no hay carne de res =( pero no se preocupen porque de hambre no morirán. Desde sopas de caracoles hasta cordero, hay una gama de platillos de los cuales mencionaré los que más me gustaron:

Sopa de sobras: Así la denominé, aunque espero fielmente que no sea de sobras jajaja. Es una sopa de lenteja mezclada con fideos o alguna otra sopa de pasta. Lo que le da la peculiaridad a esta sopa son los dátiles que le ponen al guisarla, le da un toque medio dulce y es lo más barato que podrás encontrar en la calle (4 dirhams = 40 centavos de euro) y por la mezcla pesada, quedas lleno con un solo tazón y está muy cotorro compartir la banca con otros marroquís, en su mayoría gente pobre ya que como ya mencioné es lo más barato que pude ver.

Sopa de caracol: No mentiré, no le entré a esta sopa, igual por un módico precio de 4 dirhams usted se lleva un tazón lleno de un caldo y caracolitos panteoneros cocidos. Safo!!

Cuscús: Es una especie de cereal como el arroz, sólo que redondo y más pequeño. Básicamente no tiene sabor y más bien sirve como base para poner encima otras cosas, como verduras o pollo. Con algo encima sabe bueno, la combinación hace que la comida sea más neutral. En el show de Marrakech, te daban el consomé del cordero y se lo ponías encima al cuscús, muy bueno.

Tajine: Tajine es cualquier guisado que se prepare dentro de una vasija de cerámica en forma de cono, que lleva el mismo nombre. Puede llevar pescado, verduras, pimientos, o prácticamente cualquier cosa que se les ocurra.




Kebabs: pues si amigos, la tierra del kebab, la verdad no me tocó ver muchos locales pero si hay. Creo que hay más Don Erakis aquí jaja. Los pocos que llegué a probar desde luego muy buenos y la verdad muy parecidos a los que puedes encontrar por acá.

Shawarma: Misma modalidad del kebab sólo que es como un burrito en vez de una torta.

Té de menta: La bebida nacional por excelencia, una delicia, además te quita el calor.

Pescado: Dado que casi todo el territorio es costa, hay mucho pescado, especialmente en las ciudades costeras. Lo hacen de diversas formas con verduras, algunos condimentos o simplemente asado.

Cordero: Venden costillas o por ejemplo en el show que fuimos en Marrakech lo hacen al horno, o sea básicamente como barbacoa!!

Si alguien necesita el contacto de Abdul, avísenme tengo su whats, de hecho me escribe bastante seguido pa cotorrear.


Sin duda alguna volveré a Marruecos J


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