Hippie trotamundos
Titulé este post de esa manera, porque es un
sueño puro y meramente guajiro.
Una de mis pasiones en la vida es viajar. Dicen
por ahí que sólo viajando se aprende o que es la única cosa que compras y te
hace en verdad rico. Para mí es un escape de la realidad Godin en la que
vivimos y una forma de entender (y aprender) lo que pasa en el mundo.
Desde pequeño y gracias a que a mi papá también
le gusta mucho viajar, tuve oportunidad de recorrer varios lugares del país,
desde el clásico viaje familiar a Acapulco, hasta roadtrips a Chiapas, Tabasco
y cruzamos varias veces el país para irnos en carro San Antonio. Cuando empezamos a hacer viajes
a Estados Unidos fue cuando me di cuenta de que había otros lugares en el mundo
y que no tenían mucho que ver con México, para bien y para mal. Recuerdo que me
sorprendió mucho la limpieza de las calles y de los lugares turísticos, Disney
era el paraíso en ese momento jaja.
Pero en mi historia viajera hubo dos momentos
que marcaron mi vida. El primero fue un viaje que hicimos en la prepa a europa,
de unos 18 días por ahí del año 2003. El fin del viaje era “escolar”, visitamos
lugares que difícilmente vas en un tour normal, como la cruz roja, el
parlamento europeo, la corte internacional de justicia, entre otros, y desde
luego los clásicos puntos que todo tour europeo conlleva: Madrid, Paris, Amsterdam,
etc. Fue un gran viaje porque además iba con dos de mis mejores amigos y la
pasamos bomba. Mención aparte nuestra incursión a la zona roja de Amsterdam, la
vez que desperté en el camión y había un avión de ataque francés bastante cerca
de nosotros haciendo pruebas de vuelo y a lo lejos una planta nuclear, tipo en
la que trabaja Homero Simpson… muy bizarra la imagen, tanto que pensé que era
un sueño. Recuerdo perfectamente que por razones de tráfico, no pudimos bajar
al Bernabeu, cosa que me ardió mucho jajaja. Fuera de los robos hormiga de las
botellitas del servibar en uno de los hoteles y de uno que otro huésped que se
quejaba de nuestro escándalo, el viaje fue una maravilla y lo más importante
que rescato de aquel viaje es que me dejó con la cosquillita de ser viajando y
conociendo esto que llamamos tierra.
Y la segunda cosa que marcó mi vida fue desde
luego mi estancia en España, donde desafortunadamente no pude viajar como
hubiera querido pero de un pequeño salto al continente negro, específicamente a
marruecos, y fue ahí donde me di cuenta que tenía que de algún modo recorrer tantos
kilómetros como pudiera mientras tenga vida. Un lugar tan raro y diferente,
pero a la vez tan místico que simplemente me dejo con un objetivo claro: viaja
mucho.
Desafortunadamente hay dos cosas que
inevitablemente nos ponen un alto, a veces muy duro, para poder seguir
recorriendo el mundo como nos gustaría. La primera es, desde luego el dinero,
no somos millonarios y por ende es la
primer barrera que nos ponemos, aunque siempre hay presupuestos para todo. La
segunda y no menos importante, es el tiempo. Al ser godinez difícilmente
podemos tomarnos mucho tiempo para hacer viajes largos, cosa que te impide ir
muy lejos y/o mucho tiempo.
Por eso mi sueño es ser un hippie trotamundos
amigos míos, sin preocupaciones de la vida y recorriendo el mundo a placer. De
joven (más joven), mi sueño era pisar los 5 continentes antes de los 30, ya no
lo logré muchachos, pero espero que a los 31 ese sueño quede cumplido.
“Si rechazas la comida, ignoras la vestimenta,
temes la religión y evitas a las personas, quizás sea mejor que te quedes en
casa” – James Michener
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